Miopía Infantil: Más Allá de las Gafas

Miopía Infantil: Más Allá de las Gafas

Entendiendo los Riesgos a Largo Plazo y Cómo Prevenirlos. 

La miopía no es solo cuestión de llevar gafas para ver mejor de lejos. Esta afección visual, que afecta cada vez a más personas, conlleva riesgos significativos para la salud ocular a largo plazo. Además, cada vez aparece antes, y a día de hoy, uno de cada cinco niños en España entre los 5 y 7 años* ya es miope, elevándose a 3 de cada cinco entre los universitarios**. 

En este artículo, exploraremos en detalle qué es la miopía, los riesgos asociados y, lo más importante, cómo podemos proteger la vista de nuestros hijos desde temprana edad, para que crezcan ellos, no su miopía. 

Qué es la miopía 

La miopía, también conocida como corto de vista, es una afección visual en la que los objetos cercanos se ven nítidamente, pero los objetos lejanos se ven borrosos, llegando a verse también borrosos los cercanos cuando la miopía es muy elevada. Esto se debe a que la luz que entra en el ojo no se enfoca correctamente, haciendo que la imagen se forme delante de la retina (nuestra pantalla de proyección) en lugar de directamente sobre ella. En la mayoría de los casos esto sucede porque el ojo es más largo de lo que debería. 

Causas y factores de riesgo 

  1. Genética: Si uno o ambos padres son miopes es más probable que sus hijos también lo sean, siendo este uno de los factores más determinantes en la aparición de la miopía. 
  1. Factores ambientales: El uso prolongado de la visión próxima con dispositivos electrónicos, la lectura en condiciones de poca luz y/o la falta de actividades al aire libre pueden contribuir al desarrollo de la miopía. Actualmente, los hábitos de vida y juego en los niños han cambiado y éstos pasan cada vez más tiempo utilizando visión próxima frente a las pantallas digitales y menos tiempo en actividades al aire libre. Este factor se ha convertido en uno de los principales motivos del aumento de la miopía en niños en edades cada vez más tempranas, en los últimos años. 
  1. Edad temprana de inicio: Los niños que desarrollan miopía a una edad temprana tienden a experimentar un aumento progresivo de su miopía a lo largo de su vida. Del mismo modo, cuanto antes aparece la miopía, más rápido avanza. Es por eso que los profesionales de la salud visual recomiendan revisar la visión de los niños de manera periódica, para detectar cuanto antes cualquier anomalía visual, como la miopía, y tratarla cuanto antes. 

Riesgos a largo plazo de la miopía 

Como comentábamos al inicio de este artículo, la miopía no es sólo cuestión de llevar gafas, sino que los riesgos derivados de ésta van más allá, pudiendo desembocar en serios problemas oculares, cuando se hagan mayores, tales como: 

  1. Desprendimiento de retina: La elongación del ojo aumenta el riesgo de que la retina se desgarre o se desprenda, lo cual puede llevar a una pérdida de visión permanente.  
  1. Glaucoma: La presión adicional dentro del ojo miope puede dañar el nervio óptico, resultando en pérdida de visión. 
  1. Cataratas: Las personas con miopía severa tienen un mayor riesgo de desarrollar cataratas a una edad más temprana. 
  1. Degeneración macular miópica: La elongación del ojo también puede causar daños a la mácula, la parte del ojo responsable de la visión central detallada, llevando a una visión borrosa y distorsionada, de forma irreversible. 

Prevención y manejo de la miopía 

Cuando hablamos de miopía, los profesionales de la salud visual insisten en la importancia de detectarla cuanto antes, pues es fundamental adoptar medidas desde temprana edad para manejar y prevenir su progresión. Veamos algunas de estas medidas, basadas en la evidencia científica: 

  1. Control regular de la vista: Llevar a los niños a exámenes oculares periódicos puede ayudar a detectar y controlar la progresión de la miopía a tiempo. 
  1. Uso de lentes especiales: Las lentes oftálmicas diseñadas específicamente para controlar la miopía pueden ayudar a ralentizar su progresión. 
  1. Exposición a la luz natural: Animar a los niños a pasar más tiempo al aire libre puede reducir el riesgo de desarrollar miopía. Se recomienda al menos dos horas diarias de actividades al aire libre. 
  1. Limitar el tiempo de pantalla: Reducir el uso de dispositivos electrónicos y asegurar que los niños tomen descansos regulares durante actividades que requieren visión cercana, como la lectura y el uso de computadoras (Regla 20-20-20). 

Conclusión 

La miopía es un problema de salud visual que va más allá de la necesidad de llevar gafas. Conlleva riesgos significativos que pueden afectar la calidad de vida de nuestros hijos a largo plazo. Sin embargo, con medidas preventivas adecuadas y atención temprana, podemos proteger su visión y asegurarles un futuro brillante y nítido. Recordemos que la prevención es clave y que, al cuidar la salud ocular de nuestros hijos hoy, les estamos proporcionando una mejor calidad de vida para el mañana. 

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